lunes, 16 de enero de 2012

Alimentación Porcina



A pesar de que la alimentación complementaria durante la lactancia o creep feeding, se desarrolló cuando el ganado porcino se criaba en sistemas extensivos, hoy se sigue poniendo en práctica, aunque la mayoría de las explotaciones comerciales sean de producción intensiva.

Antes que se introdujera la cría intensiva, las cerdas se encontraban libres (en pastos o en terrenos a los que se les llevaba agua y el alimento), parían en grupos y permanecían con sus camadas. Como normalmente el destete se realizaba a las seis semanas de edad, era necesario suministrar a los lechones alimento complementarios o de lactoiniciación, para compensar el descenso de la producción láctea de la cerda. Estos alimentos suministraban en áreas determinadas (cree área) cuyos accesos eran de un tamaño que solo permitía el acceso de los lechones, así impedir que las cerdas se comieran el alimento lactoiniciador (creep feed) (Mohler, 1922)

La práctica en la actualidad
La mayoría de las cerdas lactantes se alojan en el interior de instalaciones con una libertad de movimientos restringidos, por lo que no son necesariascreep areas en las parideras. Aun así el suministro de alimentos complementarios a los lechones durante el periodo de lactación sigue recibiendo el nombre de creep feeding y la dieta se sigue llamando creep feed. Por supuesto, en los sistemas de alojamiento modernos, en los que la cerda puede entremezclarse con su camada libremente, se han simulado las áreas específicas de acceso al lechón.

La alimentación complementaria es más común en aquellas partes del mundo en las que se desteta a los lechones a partir de la tercera semana de edad, y especialmente en Europa, en la que el creep feeding tiene una larga tradición. Con la reciente regulación de la Unión Europea, que aconseja que el destete se practique al menos a las cuatro semanas de edad, se hace mayor hincapié en el uso de esta alimentación complementaria (King andPluske, 2003). En aquellas zonas en las que el destete se practica antes de las tres semanas de edad, la alimentación complementaria se aplica esporádicamente dependiendo de las preferencias y experiencias de una granja determinada.
En EE.UU, el creep feeding casi cayó en desuso, ya que  se practicaba un destete a los 15-17 días de edad, aunque vuelve a estar en auge debido al aumento de la edad de destete hasta los 21-24 días de edad.

Los beneficios
En el pasado se cuestionó constantemente si merecía la pena invertir el dinero y el esfuerzo que requiere esta práctica de alimentación (Pluske et al.,1995). Los resultados de la práctica dependen por completo de la cantidad de alimento ingerido y del tiempo de exposición a dicho alimento por parte de los lechones antes del destete, por lo que es importante considerarlos en el contexto de un plan de producción bajo aspectos comerciales.
En los sistemas de producción con periodos de lactación prolongados (más de seis semanas), el creep feeding es necesario para proteger la condición y la salud de la cerda lactante, especialmente si no puede aislarse de su camada. En estos sistemas se ha observado que, tras la tercera semana de lactación, las cerdas comienzan a perder condición corporal rápidamente, a no ser que los lechones empiecen a ingerir el alimento lactoiniciador(Patience et al., 1995). En este momento cuando la producción láctea comienza a  decaer de forma natural, a la vez que las necesidades de nutrientes de los lechones comienzan a incrementarse. Además, cuanto antes comiencen los lechones a consumir el alimento de lactoiniciación, mejor será la condición corporal de la cerda al final de la lactación.

En sistemas de destete tardío, en los que los lechones se destetan en torno a las cuatro semanas de edad, el principal beneficio del creep feeding, es el mayor peso al destete de los lechones, ya que consumen el suficiente alimento como para hacer que la diferencia sea notable. Un estudio realizado por científicos británicos (Sprent et al,. 2000), con lechones destetados bajo condiciones comerciales alrededor de la cuarta semana de edad, indico que los animales alimentados con alimento de lactoiniciación pesaban 1 kg más que los que no recibían ningún tipo de complementación nutricional durante la lactancia (Cuadro).


La mayor parte de los estudios realizados con lechones destetados tardíamente, concuerdan con esta observación (Friend et al,. 1970; Aherne et al., 1982), ya que los lechones consumen suficiente alimento antes del destete. Sin embargo, otros trabajos, en los que el consumo fue bajo o muy variable entre y dentro de las camadas, no lo hacen (Okai et al., 1976; Hampson y Kidderet al 1986).
Si se asume que el índice de conversión en cerdos jóvenes es menor de 1, podemos evaluar de forma sencilla como el aumento del peso al destete, gracias a los beneficios del creep feeding, es proporcional al incremento en el consumo del alimento de lactoiniciación (excepto cuando el desperdicio del alimento es excesivo).

En los sistemas de producción en los que se desteta entre las tres y cuatro semanas de edad, generalmente el consumo de alimento no es suficiente para incrementar el peso al destete de forma sustancial, lo que está demostrado de forma consistente (Okai et al., 1976; Bernett et al., 1989).
Sin embargo, la inducción de las enzimas digestivas que preparan a los lechones para una dieta seca tras el destete (Cranwell, 1977; Corring, 1980) se consideran un beneficio suficiente de los alimentos lactoiniciadores.

En estudios anteriores se ha demostrado que el creep feeding induce una maduración del sistema digestivo e incrementa la producción de enzimas (amilasas y proteasas) que favorecen la digestión de los nutrientes complejos que se encuentran en las dietas posdestete (Friend et al., 1970;Hampson y Kidder, 1986; Kelly, 1990). Esta habituación predestete del sistema digestivo se traduce en la disminución de los trastornos digestivos (Hampson, 1986) y el incremento del consumo de alimento y, por tanto del engorde tras el destete. Por supuesto, estos resultados están relacionados con la cantidad de alimento de lactoiniciación que los animales ingieren antes del destete (Pluske et al., 1995).

Alimentos de lactoiniciación
Se ha prestado poca atención científica a la forma en la que se presenta el alimento de lactoiniciación. En general, se cree que los cerdos muy jóvenes se benefician  más de una alimentación complementaria en forma de harina, ya que pueden tener dificultades a la hora de masticar pellets si estaos son muy duros. Además, la naturaleza pegajosa de un alimento en forma de polvo puede incrementar la velocidad a la que los lechones aceptan  este tipo de dieta, ya que tiende a pegárseles en el morro mientras lo exploran, al mismo tiempo que les obliga a lamerlo e ingerirlo.
No obstante, los alimentos en forma de harina no suelen ser los de elección por los productores, ya que tiene de a apelmazarse debido a su alto contenido en productos lácteos y el desperdicio suele ser mayor (excepto en el caso de los pellets que se ofrecen sobre las alfombrillas de dormir sin bordes, ya que a los lechones les encanta hacerlos rodar sobre ellas).
Independientemente de la forma que se seleccione, para el alimento de lactoiniciación es importante que sea de la misma que tiene el primer alimento que se ofrecerá tras el destete, para facilitar el establecimiento del apetito de forma temprana.

No existen aditivos diseñados específicamente para los alimentos de lactoiniciación (King y Pluske, 2003). Sin embargo, se aconseja incluir en ellos una combinación probiótica/prebiótica para reforzar un asentamiento temprano de la microflora beneficiosa. Así mismo se recomienda que su sabor y su aroma sean similares al que se ofrecerá después del destete. Con este propósito, se sugiere usar el alimento de lactoiniciación durante los dos o tres primeros días del periodo de transición.
También se ha sugerido (Madsen, 1977) usar el mismo sabor para la dieta de lactación de la cerda, para el alimento de lactoiniciación de los lechones y para el primer alimento de transición, con el objetivo de incrementar el consumo de  alimento de los lechones (algunos sabores pueden transferirse a través de la leche materna, por lo que se produce una preferencia de sabor en los lechones que puede perdurar bastante tiempo después del destete).

La cantidad a administrar deber ser la mayor posible. No obstante, por razones prácticas se debe hacer una asignación mínima para hacer el pedido de alimento. Los lechones destetados antes de la tercera semana de edad consumen del orden de 100 g/lechón bajo las mejores condiciones de manejo, y es raro que superen los 250 g/lechón consumo real, dejando a un lado los desperdicios). Por eso no se aconsejan más de 50 g/lechón para la primera vez que se realcen pruebas con el alimento de lactoiniciación, aumentando gradualmente la cantidad según la experiencia que se vaya adquiriendo.
Los lechones destetados entre las tres a cuatro semanas de edad deberían consumir alrededor de 500 g/lechón, ya que de esta manera se asegura un desarrollo adecuado del sistema digestivo (English, 1999). Los lechones que consuman una cantidad menor podrían desarrollar una reacción de hipersensibilidad alérgica a ciertos antígenos que se manifiesta negativamente después del destete (Miller at el., 1984), especialmente cuando los lechones comienzan a consumir grandes cantidades de alimento seco.

Manejo
La experiencia práctica indica que el éxito del creep feeding depende en gran medida del manejo de la técnica, ya que diferentes operarios obtienen diferentes resultados, incluso dentro de una misma explotación.
Es sorprendente como a veces algunos cerdos jóvenes no consumen alimentos de iniciación altamente digestibles y palatables, del mismo modo que tampoco consumen lactoreemplanzante caliente, a pesar de que poseen el potencial genético para un crecimiento más allá del que pueden alcanzar con la leche materna. Por eso, estimular a los lechones a consumir el alimento de lactoiniciación es igual de importante, o más, que seleccionar una formula o marca de alimento apropiadas.

Consideraciones sobre el creep feeding
A continuación se exponen algunas premisas, basadas en la experiencia práctica, más que en la pura evidencia científica, de la que no se dispone en la actualidad.

·         Deberían ofrecerse solo las dietas más digestibles y palatables, a pesar de que pueden ser bastante costoso, ya que estos factores son los que más influyen en el consumo de alimento de los lechones.
·         Los alimentos de lactoiniciación deben mantenerse en lugares frescos y secos para conservar sus propiedades nutritivas y organolépticas. No deben almacenarse en la granja dentro de la sala de transición junto a los boxes de los animales. debe prevenirse la contaminación de roedores e insectos.
·         La alimentación complementaria durante la lactancia debería empezar lo antes posible tras la primera semana de edad, aumentando la cantidad de alimento ofrecida al tiempo que se incrementa el apetito de los lechones, teniendo cuidado de evitar el desperdicio de alimento o las sobras.
·         El alimento debe suministrarse en pocas cantidades y a menudo. Asi se previene que se eche a perder y, además, se estimula a los lechones a que exploren el nuevo alimento con más fuerza. Lo recomendable es alimentarlos tres veces al día.
·         La alimentación complementaria debería suministrarse entre las comidas de la cerda. Las cerdas siempre amamantan a sus camadas después de comer y, además, los lechones pueden rehusar comer alimento seco si hay expectativas de algo mejor.
·         Los comederos del alimento de lactoiniciación deben situarse cerca (pero no debajo de los bebederos de los lechones); lo ideal es que se dispongan cerca del comedero de la cerda para que los lechones puedan imitar su comportamiento a la hora de comer.
·         Si se coloca el alimento demasiado cerca de las lamparars de calor, este se estropeara con rapidez; pero si se coloca demasiado lejos, se puede reducir el número de visitas de los lechones al comedero, especialmente cuando hace frio.
·         Los comederos de alimento de lactoiniciación que permiten la alimentación comunal se consideran mejores que los que solo pueden alojar a unos pocos lechones a la vez (Appleby et al., 1991)

Fuente: Revista albéitar. Universoporcino.com

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