viernes, 20 de enero de 2012

Mejoramiento genético para aumentar la productividad de los cerdos.




La concepción de un programa genético debe estar encaminado hacia el logro de los objetivos propuestos a mediano y largo alcance y estos no pueden variar constantemente porque el logro genético se reducirá (Fredeen, 1972). El programa genético cubano ha mantenido sus objetivos de incrementar la productividad de sus cerdos por la vía del mejoramiento genético aún con los cambios en las condiciones de producción existentes en nuestro país. Un grupo de artículos anteriores (Diéguez et al 1994, Diéguez 1995) han explicado los aspectos centrales de este programa, desde la creación de la primera empresa estatal porcina, la definición de la estructura piramidal y el primer programa de cruzamientos (Gómez, 1978). La utilización de razas especializadas, la definición del programa de selección y la política de cruzamientos ha sido una constante en este trabajo. Más recientemente la evaluación de animales importados de la PIC particularmente de razas especializadas en la producción de carne  (Pietrain y L63) introduce nuevas variantes específicamente para su uso en sistemas intensivos. Se incluye además la evaluación del cerdo criollo que responde a las interrogantes sobre su posible aporte a la producción porcina sobre todo en épocas de dificultades con la alimentación. En el presente trabajo pretendemos mostrar como se ha trabajado en valorar el comportamiento de nuestras razas y su utilización en el cruzamiento.

Comportamiento racial y programa de cruzamiento

El comportamiento reproductivo de las diferentes razas no es posible compararlo con precisión puesto que la información procede de los centros genéticos y se confunde así raza con centro. Diferentes estudios han sido realizados sobre el particular por (Goméz 1978; Rico 1978; Diéguez et al 1981) y los mejores niveles han sido para Yorkshaire (Y) y Landrace (L) le siguen a continuación Duroc (D) y Hampshire (H).

Un resumen del comportamiento en estaciones de prueba para desarrollo de animales jóvenes raciales con alimentación a base de cereales se presenta en la tabla 1. Trabajos con alimentación no convencional (Diéguez et al 1980, 1985) muestran el mismo orden de mérito para estas razas.

Como ya es conocido el programa de selección se basa en las pruebas de comportamiento en campo donde los animales genéticos se evalúan mediante un índice de selección que tiene en cuenta la ganancia diaria de peso y el espesor de grasa dorsal medido en vivo  (Diéguez et al 1979). El mejoramiento genético se difunde a la producción comercial a través de la pirámide.

En los últimos años la producción porcina se ha visto afectada por la situación económica y los niveles de comportamiento se han reducido hasta en los centros genéticos pero no obstante ha existido una evidente mejora genética producto de este programa. Así ha sido demostrado por los análisis de Rico y Menchaca (1990) y Guerra et al 1990. En condiciones controladas también se ha constatado una mejora fenotípica de las razas que se trabajan en Cuba (Santana et al 1992).

Cruzamientos

De acuerdo con resultados de numerosas investigaciones y a evaluaciones complementarias (tabla 2) se decidió la utilización de la cerda YL apareadas con verracos Duroc o Hampshire. Este cruce ha sido el más extendido en el país, aunque en la actualidad se utiliza más en las unidades comerciales la cerda YD mientras la YL se emplea donde existan mejores condiciones de manejo y alimentación. Estudios posteriores determinaron otras opciones paternas con la utilización de un verraco F1 del tipo Duroc x Hampshire (madre\padre) y la creación y utilización de una línea sintética llamada CC21. Ambos tipos de verracos se evaluaron integralmente respecto a las tradicionales razas paternas (tabla 3) y son los más utilizados en el país.

Al considerar el criterio no justificado experimentalmente que los cerdos de piel oscura pueden comportarse mejor ante las condiciones actuales donde la alimentación es el factor limitante, se plantea la utilización de un tipo de cerda DH sobre la YL o YD. Se desarrollo un análisis teórico con datos de varios trabajos experimentales y de la Empresa Nacional de genética Porcina y se compararon varios cruces entre las razas Duroc, Yorkshire y Hampshire (Diéguez et al 1994 c). Se trabajó con el efecto directo y estimados de heterosis individual  y materna. La combinación más eficiente fue la de la cerda YD (tabla 4). La eliminación del comportamiento Yorkshire del lado materno reduce considerablemente la productividad.

Resultados más recientes de Arias et al (1995) y Villarreal y Diéguez (1995) con cerdas alimentadas con dietas de miel B y harina de soya confirman que el cruce DH no debe utilizarse como componente materno del sistema.


Cerdos importados

Las nuevas importaciones de cerdos estaban encaminadas a ampliar el genofondo y reducir los niveles de consanguinidad y en particular de las razas Pietrain y L63 con vistas a su estudio sobre la importación en el programa genético nacional. El trabajo evaluativo abordo inicialmente el comportamiento de estos animales ante dietas convencionales y no convencionales y posteriormente la utilización de las cerdas F1 Large white x Landrace.


Las máximas ventajas se obtienen en la producción de carne (tabla 5) ya que en el crecimiento las diferencias dependen del tipo de animal. Es interesante la marcada diferencia entre el Hampshire cubano y de importación con un excelente crecimiento del segundo pero con menor proporción de carne contrario a las características principal de esta raza en Cuba (Diéguez et al 1980; 1985). resultados similares obtuvo Rico (1995) con datos de los centros genéticos donde son escasas las diferencias entre razas Duroc y Hampshire de importación.

Por otra parte cuando la dieta es baja en proteína (Trujillo et al 1991) el comportamiento de estos cerdos importados tiende a ser menor que los cubanos (tabla 9) sucediendo algo parecido en la ceba en condiciones comerciales. Ahora bien cuando se combinan cerdos importados y cubanos en varios tipos de verracos, las cerdas comercial de esto no muestran resultados muy favorables en las condiciones con nuestro sintético CC21 (tabla 7).

Fueron pocas las diferencias entre cerdas F1 (Yorkshire x Landrace) de diferentes orígenes en el comportamiento reproductivo con alimentación no convencional (Diéguez et al 1993a; 1994b). Sin embargo parece ser un problema del potencial de producción, ya que la tasa de evaluación ante una dieta de cereales es superior en las cerdas de importación (Diéguez et al 1993b).

Todo ello nos permite concluir que las ventajas de las cerdas de importación pueden aprovecharse donde el manejo y la alimentación así le aconsejen. Se introducen ya en la producción para los centros de producción intensiva el uso de la combinación de las cerdas YL (de cualquier origen) con un verraco F1 de las razas de gran desarrollo muscular (Pitrain o L63) con Hampshire o CC21.

Cerdo Criollo

En los últimos años ha existido un interés en el estudio de los cerdos Criollo de diferentes lugares y se le han atribuido principalmente algunas potencialidades que no han sido evaluadas por la ciencia. Algunas de estas atribuciones se han basado en la similitud con los puercos de China. Hasta el presente este tema no había sido abordado con la profundidad científica que requería y en particular en Cuba nada se conocía al respecto. Por estas razones los estudios realizados representan datos de extremo interés científico porque permiten evaluar la potencialidad real de este tipo de cerdo y demuestran que la suposiciones sobre algunas bondades no son enteramente ciertas.

La evaluación del cerdo Criollo se inicio, con la evaluación en condiciones intensivas y bajo un programa de selección en el centro genético formando el efecto con cerdos procedentes de diferentes partes del país. El comportamiento reproductivo de las cerdas (tabla 8) muestra bajos valores en los tamaños de las camadas y también bajos pesos promedios (Diéguez et al 1995b) al nacer 21 días y al destete (42 días).

Por su parte los resultados de las pruebas de comportamiento en campo (Santana et al 1996) como sabemos con alimentación basada en cereales y condiciones de cierta intensificación, también arrojaron bajos niveles de crecimiento y alta edad y espesor de grasa dorsal.

La evaluación para su incorporación en distintas condiciones de producción muestran entre dietas de miel B y soya (tabla 9) menor crecimiento, mayor edad al sacrificio y menor proporción de carne (Diéguez et al 1995; Santana et al 1995; Trujillo et al 1995).

Se plantea que este tipo de cerdo pudiera estar mejor preparado para utilizar dietas altas en fibras sin embargo los trabajos utilizando 25 % de bejuco de boniato (Ly y Diéguez 1995) no mostraron ventajas en digestibilidad (tabla 10). Las diferencias aunque no significativas fueron iguales en la dieta sin bejuco pero con mejores indicadores en los cerdos especializados con la inclusión del 25 % de esta fuente fibrosa.

Un trabajo posterior (Ly et al 1995) suministrando 30% de harina de residuos de plátano (tabla 11) indicó el mismo patrón de peso comportamiento y digestibilidad de los cerdos criollo (García y Diéguez 1995) destacándose que los cerdos especializados superan ventajosamente a los criollos en la digestibilidad de la fibra cruda.

No fue demostrado la creencia de que los cerdos criollos tenían un tracto digestivo más desarrollado (tabla 12) lo que ya había sido observado en anteriores trabajos (Diéguez et al 1994e) lo que no indica ventajas por este tipo de cerdos en utilizar dietas altas en fibra. por otro lado en estos mismos trabajos se encontró que los pesos del corazón y los pulmones eran inferiores en los Criollo lo que parece indicar baja capacidad de oxigenación y transporte de nutrientes, lo que explica parcialmente su peor comportamiento aún en dietas ricas en fibra.

Otros estudios complementarios ya con la evaluación de verracos Criollo y de razas especializadas en este caso Yorkshaire (Diéguez et al 1995) en aptitud ante la monta y calidad del eyaculado (tabla 13) ponen de manifiesto su pésima aptitud ante la monta también confirmado por del Toro et al (1995) con peores indicadores del eyaculado que los cerdos especializados.

Estos estudios demostraron que este tipo de cerdo no tenían las ventajas que se le atribuían y que lejos de ser un beneficio su utilización podría implicar perdidas económicas adicionales por todo lo cual se concluye su no utilización en condiciones donde exista un mínimo manejo. Otros estudios para valorar su uso en condiciones muy extensivas para fines específicos puede tener alguna utilidad.

No puede dejarse de mencionar en el contexto de un programa de mejoramiento genético a la Inseminación Artificial como una importante vía para la difusión de la mejora genética y el aumento de productividad de los cerdos. Las diferencias entre razas tanto en la calidad del semen como en la aptitud de la monta investigaciones que sin duda inciden en la utilización de las razas y en la confección de cualquier plan de producción serán abordados mas adelante.

Conclusiones

La integración de todos los conocimientos en un programa de mejoramiento genético para todos los niveles de producción en el país y la maximización de la productividad de nuestros cerdos debe basarse en el mantenimiento de la estructura piramidal y el uso de la Inseminación Artificial. Una adecuada utilización de las razas con las combinaciones más productivas y eficientes es la mejor vía para elevar la productividad de la producción porcina en el país.

 Isabel Santana
Instituto de Investigaciones Porcinas, C. Habana, Cuba

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